El Instituto Nacional de Aprendizaje – INA – es una de las instituciones que más han beneficiado a Costa Rica desde su fundación hace 60 años. En esa época, hombres altamente visionarios como don Alfonso Carro, ministro de Trabajo, y don Danilo Jiménez Veiga, entonces director general de la Organización Internacional del Trabajo – OIT – para América Latina, abordaron la admirable labor de crear instituciones encargadas de dar formación profesional y técnica a los trabajadores de la industria latinoamericana.
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INTRODUCCION. El Instituto Nacional de Aprendizaje, el INA, se ha posicionado desde hace décadas como una de las Instituciones más apreciadas por los costarricenses. La razón es muy lógica: Son muchos centenares de miles de personas las que han sido formadas como técnicos en el INA y que han logrado obtener un trabajo digno, que les dé bienestar para sus familias. Y si hablamos de sus 49 años de existencia, pues tenemos más de cinco millones de egresados a lo largo de su historia.
Desde hace muchos siglos los padres y madres les han recomendado a sus hijos apartarse de las malas juntas y buscar las buenas. Se trata de un consejo milenario que lo encontramos, con algunas diferencias de redacción, en textos tan antiguos como la Biblia y otros libros clásicos, religiosos o de filosofía moral aplicables a la vida familiar, la política o los negocios.
Las “juntas” en un sentido amplio y actual son reuniones esporádicas o institucionalizadas con las que se busca sumar inteligencias, conocimientos, experiencias, intereses, visiones profesionales o sectoriales para enriquecer y hacer más sabias las decisiones.