En la vida de muchas personas se dan situaciones conflictivas cuyo origen parece inexplicable. Sin que haya ningún motivo conocido, se nos aparecen personas que no nos quieren y que lo manifiestan activamente. Hasta los más simpáticos y bonachones descubren que hay quienes los aborrecen. Es como si la letra de la popular canción mexicana, “no soy monedita de oro pa’ caerle bien a todos”, tuviera una máxima vigencia.