El personaje al que me referiré, recuerdo lo pude conocer, gracias a la recomendación que me hicieron dos amigos, don Fernando Sahli Natermann, presidente de la Asociación Chilena de Empresas Hoteleras de Chile y director gerente del Hotel Crillon de Santiago, y Patricio Balmaceda Ureta, uno de mis principales colaboradores en el sector turismo de Chile. En el mes de marzo del año 1971, yo había recibido una invitación del gobierno de España para participar en un Encuentro Internacional de directores y ministros de Turismo de Hispanoamérica. Tanto Fernando como Patricio me aconsejaron, muy insistentemente, que cuando estuviera en Madrid, me reuniera con el señor Manuel María Uribe, un hotelero chileno que había tenido mucho éxito y quien, además, me podría aportar una valiosa asesoría.